–Acaba de publicar su primera novela «Un pequeño problema», ¿le ha costado muchos años de entrenamiento?
–Publicar me ha costado muchos años, pero no esta novela en concreto. Llevaba muchos años escribiendo otras cosas. Cosas que dejaba a la mitad, que se quedaban por los cajones... Tengo mucha obra, pero ésta es la primera novela que me han publicado... Más que nada, que me he animado a publicar.
–Dicen que es una novela para mujeres, ¿es que hay novelas para mujeres o deportes para mujeres?
–Los personajes son femeninos y hay temas que no toco: no toco nada de violencia, no hay guerra, hay poco deporte, poca política, poca economía en grande
–sí cabe la economía doméstica que nos interesa a nosotras
–... Ése es el argumento que voy diciendo y hay a algunos hombres que no les gusta todo esto. Crea un poco de polémica.
–Las mujeres de su novela parecen sacadas de «Sexo en Nueva York», así que seguro que se cuidan y hacen ejercicio. ¿Usted lo hace?
–Yo sí. Creo que he hecho todos los deportes, de pequeñita, en el cole, baloncesto, luego ya esquiaba en montaña, en agua, mucho tenis, pádel y luego lo dejé porque se me salió dos veces el hombro de sitio. Y luego cambian las cosas, cumples años y ahora estoy en el gimnasio, me gusta el yoga, la reeducación postural y luego tengo una casita cerca del mar y me gusta dar largos paseos por la playa. Ahora mis deportes favoritos, pues mira, son como mucho más tranquilos.
–Acaba de presentar su novela en Madrid amadrinada por Agatha Ruiz de la Prada y la había presentado antes en Barcelona, con otros dos «patrocinadores» de excepción, Óscar Tusquets y Bigas Luna...
–Es que son muy amigos nuestros y lo más gracioso es que Bigas, más allá de la amistad, ha pensado que se puede hacer una película de esta novela. Así que estoy muy contenta.
–A una mujer intelectual como usted, que hizo Geografía e Historia y se ha pasado media vida recorriendo el mundo y la otra media entre libros, ¿le gusta el fútbol?
–Pues sí. Y soy muy de Guardiola. De pequeñita iba con mi abuelo al campo y yo creo que al principio me gustaba porque comíamos unos bocadillos de Frankfurt buenísimos y así, poco a poco, me fue gustando el fútbol. Y ahora estoy muy orgullosa con mi entrenador. Aparte de con mi equipo, que todos los jugadores son estupendos, pero me siento muy bien representada por Guardiola.
–¿Los futbolistas leen mucho?
–Mira, Guardiola muchísimo porque lo conozco y lo sé, pero ya es entrenador... Los futbolistas creo que no mucho. Es otra edad, muchas horas dedicadas al deporte y no creo que tengan tiempo. Yo no he tenido ningún novio futbolista, pero tuve uno jugador de tenis profesional y son muchas horas de entrenamiento.
–¿Qué cree que es más fácil, que un hombre le sea infiel a su equipo de fútbol o a su mujer?
–A su mujer, al equipo de fútbol no se le es infiel jamás en la vida.
–¿Y que es más difícil, que un hombre cambie de equipo de fútbol o que una mujer considere la infidelidad como lo hacen muchos hombres?
–Que un hombre cambie de equipo de fútbol lo veo prácticamente imposible, y lo de la mujer también es difícil.
–Pero algo así le pasa a la protagonista de su novela, ¿no?
–Sí, es un poco el corazoncito de la novela: hay dos personajes, una persona que había sido fiel toda la vida y otra que no le daba ninguna importancia. Y la conclusión final es que no hay para tanto, que nos damos mala vida por una cosa que no importa tanto, porque al final somos así.
–¿Con ese cambio de percepción de la infidelidad, la mujer le mete un gol al universo masculino?
–¿Por qué se pensaban que eran los únicos? Puede ser...
En primera persona
«Nací en Barcelona en 1955, me he casado dos veces, tengo dos hijas que son de lo que más orgullosa me siento. Me arrepiento de pocas cosas, tal vez de las que no he hecho, y perdono porque me resulta fácil entender, pero olvido menos. Valoro la alegría de la vida y a la gente alegre y buena, y detesto a los que van a hacerte daño. Soy metódica, cariñosa, alegre, y dicen que diferente. A una isla desierta me llevaría libros y libros, me encanta el pan y, a temporadas, la cervecita, el vino blanco, el agua y la Coca-Cola. Soy muy ordenada, no se me repiten los sueños, de mayor me gustaría ser una muy buena escritora y si volviera a nacer, sería escritora, pero probablemente empezaría antes a escribir y a publicar».
Fuente: La Razon
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