29 sept 2011

Una medida justa para promover el hábito de lectura


«Tenemos que hacer que los libros vuelvan a molar. Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo folles.» John Waters.

26 sept 2011

La mujer que revolucionó el concepto de librería

David González | aviondepapel.tv


Adrienne Monnier se suicidó el 18 de junio de 1955. Padecía el síndrome de Ménière. Un pitido taladraba constantemente su cabeza. Los papeles que se encontraron tras su muerte se compilan hoy en Rue de l´Odeón (Gallo Nero, 2011). Este libro es una pequeña autobiografía que muestra la vida y trayectoria de una mujer emprendedora, que acometió la aventura de fundar una librería, en un tiempo en el que la palabra librera estaba vinculada más a las viudas o a las herederas de los libreros.

El establecimiento lo abrió en la Rue de l´Odeón, justo en el Barrio Latino de París. Lo llamó La Maison des Amis des Livres, un nombre ya mítico para el gremio librero. Era 1915. Poco después, la Primera y la Segunda Guerra Mundial devastarían Europa.

La Maison des Amis des Livres se convirtió en lugar de encuentro de escritores cuyas obras pasaron a la universalidad de la literatura: Paul Valèry, Samuel Beckett o Ernest Hemingway, por ejemplo, frecuentaron el local. Sin embargo, el establecimiento no sólo logró fama por ello, sino también porque Monnier revolucionó, a su manera, el concepto de librería.

En Rue de l´Odeón, por ejemplo, se narra cómo en 1917 Monnier organizó su primer encuentro poético sobre la obra de Paul Valèry. Era una tarde de invierno y en La Maison des Amis des Livres se darían cita Léon-Paul Fargue, André Gide y un André Bretón, precursor del surrealismo, aún en uniforme militar. La guerra no había terminado y la lectura de poemas comenzó bajo la tenue luz de unos candelabros.

Aquellos encuentros literarios no fueron la única marca de la casa de La Maison des Amis des Livres en los años posteriores de entreguerras. Monnier también se percató de que los tiempos habían cambiado. Después de la primera contienda mundial, los libros eran caros y la gente no los compraba como antaño. Asimismo, los libreros tenían que competir con los gabinetes literarios (centros con préstamo de libros), con la radio y con los semanarios de literatura.

“No teníamos mucho dinero, detalle que nos obligó a especializarnos en la literatura `de la época´. Apenas abrimos con 3.000 volúmenes, mientras que algunos gabinetes de lectura se anunciaban con hasta 100.000 libros”, escribió Monnier.

Además de esta cuidada selección de títulos y autores nuevos, la librera también apostó por una venta híbrida. Así, La Maison des Amis des Livres desplegaba en su entrada un tenderete de libros de segunda mano y de saldo.

Asimismo, Monnier fue contra la doctrina dominante de que el préstamo mataba la compra. Los gabinetes literarios prestaban libros a cambio de una cuota y ella quiso emular el sistema. Su librería decidió crear un abono de lectura para prestar novelas y poemarios. Sus clientes se llevaban un ejemplar, lo leían y, luego, si les gustaba, lo adquirían.

“Resulta casi inconcebible comprar una obra sin conocerla. (…) Toda persona de cierta cultura experimenta la necesidad de tener una biblioteca particular compuesta por libros que le gustan”, explicaba Monnier en sus escritos.

“Después de la guerra se editó demasiado. La especulación es la causa de todos los males. ¿Es el uso del préstamo lo que ha mermado las compras? La gente como nosotras no tiene razón para afrontar con pesimismo el futuro del libro: la élite no ha disminuido, más bien al contrario”, profetizaba Monnier en Rue de l´Odeón.

Otra de las iniciativas de Monnier fue lo que ahora se llama estrategia vertical. Aquella librera primeriza maduró y creó varias editoriales para traducir libros extranjeros. Por ejemplo, ella fue quien introdujo la obra de Hemingway a los lectores franceses o quien logró que Samuel Beckett tradujera Finnegans Wake, de James Joyce.

Toda aquella pasión por los libros culminó un 18 de junio de 1955. La Maison des Amis des Livres cerraba unos años antes de la muerte de su fundadora, tras tres décadas de actividad literaria.

“Pongo fin a mis días al no poder soportar más los ruidos que me martirizan desde hace ocho meses”, escribía antes de su suicidio.

24 sept 2011

¿Por qué no despega el libro electrónico?

por Rubén J. Lapetra.-  24/09/2011
 
La industria del libro se derrumba. Las imprentas han perdido la alegría a la hora de producir, mientras las editoriales realizan cada vez menos pedidos y de tiradas más cortas. Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), las librerías españolas publicaron 76.000 títulos durante el año pasado, un 4% más que en 2009. Sin embargo, la producción editorial bajó hasta 132,1 millones de ejemplares editados en 2010  frente a  los 183,9 millones en 2009,  un 28,1% menos y a gran distancia de los 255 millones de libros impresos en 2008, antes de la crisis. Son los datos del INE.


Con este escenario desolador, el libro electrónico -llamado a ser su sustituto y salvador de la industria- no termina de arrancar en nuestro país. Los obstáculos pueden ser muchos. Hay que nombra a los grandes sellos editoriales como freno de su desarrollo, otros a la legislación y los derechos de autor, la falta de cultura y hábitos del lector con este nuevo soporte, o, incluso, otros señalan al propio soporte como el gran muro para este nuevo sistema de distribución. Mientras tanto, el negocio editorial sigue desangrándose después de llegar a facturar más de 3.000 millones de euros antes de la crisis. Al igual que ha ocurrido con otros (DVD, CD, prensa...), la red y el soporte digital terminarán por imponerse más pronto que tarde, según los expertos.

La industria y el cambio tecnológico

¿Por qué el libro electrónico sigue dormido en España? La reciente llegada de Amazon, la mayor librería del mundo y productor del reproductor Kindle, sin libros y obras en este formato ha reabierto el interrogante sobre los obstáculos que debe salvar el libro digital para implantarse, especialmente, tras no lograr acuerdos con grupos nativos. "El mayor obstáculo a la popularización del libro electrónico es, sin duda, el comportamiento de la industria editorial en nuestro país. Ante una demanda indudablemente creciente, la industria ha optado por una reacción lenta, que ha generado una ausencia de títulos y canales absurda e innecesariamente intermediados, dando lugar a un mercado desabastecido", explica Enrique Dans, profesor en el Instituto de Empresa, autor de varios libros y de uno de los blogs más influyentes sobre tecnología.

"Tras generar dicho desabastecimiento -continúa Dans-, el comportamiento de las editoriales ha sido manifestar su preocupación por la orientación de los usuarios hacia las redes P2P y otros mercados irregulares mientras reclamaban una legislación más contundente en ese sentido. (..)  Si añadimos factores como políticas de precio poco atractivas que no reflejan el ahorro real en costes, y una absurda política fiscal que grava injustamente al libro electrónico, la receta para el desastre resulta evidente: una industria editorial que para protegerse de una evolución tecnológica obviamente inevitable, atiza una bofetada en la cara de sus clientes, los califica de "ladrones", y pretende que sigan esperando tranquilamente y sin hacer nada a que ellos tengan a bien atender su mercado de una manera razonable".  

El papel de los fabricantes de e-readers

Pero internet, como canal de distribución, apenas alcanza una cuota de mercado del 1,6% en España, incluyendo a grandes superficies y quioscos. Eso sí, crece a ritmos del 100%. En 2009 facturó 51 millones de euros frente a los 20 millones de 2008, según datos de la FGEE (Federación de Gremios de Editores). De esta cifra se excluyen establecimientos especializados en libros, ya que el editor no sabe con certeza si el origen y destino de la compra se ha realizado por internet, presencial o por correo.

En opinión del experto Manuel Gil, director en Ediciones Siruela, los obstáculos para la llegada del libro electrónico son tecnológicos y de inversión.  "Para digitalizar un libro en numerosos casos debes hacer una lista con cinco. En multiples casos no dan los derechos digitales el traductor, el autor, el agente, el ilustrador, etc. De aquí se deriva una lentitud exasperante a la hora de incrementar el fondo digitalizado. Las inversiones en digitalización, en una época de crisis, deben ser muy meditadas debido a que tienen un retorno muy diferido en el tiempo. La inversión que muchos editores están realizando no es previsible recuperarla hasta dentro de dos o tres años", explica.

El dominio, a día de hoy, permanece  en los libros físicos y de las compañías nativas como Planeta o Santillana (Prisa), entre otras. Según un estudio de Inmark, para la FGEE, en España existían antes de la crisis 33.000 puntos de venta de libros. El 15%, las clásicas tiendas de libros, es el más activo con las nuevas tecnologías y la venta online. El precio medio del libro vendido en España se sitúa en los 13 euros por ejemplar y la oferta se sitúa por encima de las decenas de miles, según datos de FGEE en 2009, aunque sólo unos pocos autores como Stier Larsson (La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina), Carlos Ruiz Zafón (La Sombra del Viento), Ken Follet (Pilares de la Tierra), Stepahnie Meyer (Crepúsculo) copan la mayoría de las ventas.  ¿Es cuestión de precio, de oferta o de soporte? 

Por otro lado, Gil considera que no existe una verdadera cultura digital en España y señala también a los fabricantes como responsables de que no haya la necesidad de leer en digital no es masiva. "Es mucho más una imposición de la industria de la cacharrería digital y sus gurús. El mercado de las descargas (mañana será nube) hoy representa una facturación absolutamente marginal. La adquisición de soportes a 300 euros de media es prohibitiva para franjas enormes de chavales. Cada español gasta al año 27 euros en libros no de texto. La adquisición de un soporte de lectura digital debe iniciar un proceso muy rápido de descenso de precios si quiere ganar en penetración entre los jóvenes", concluye.

http://www.elconfidencial.com/

19 sept 2011

Las 10 impertinencias que un editor no soporta de los escritores

06:00h | David González | aviondepapel.tv

En su ensayo `Oficio de Editor´, Mario Muchnik elabora una socarrona lista de actitudes que ejecutan los escritores durante el proceso de edición de su libro. Manuscritos siempre inacabados, intentar colocar la novela de un amigo o no aceptar cambiar ni una coma del texto serían algunos de esos comportamientos. En su ensayo, Muchnik los titula bajo el epígrafe de `Hay autores que son una paliza´.

En ciertos círculos del mundillo literario, el rol del editor se equipara más a la figura de un mercader que a la de un artesano. Y es extraño, porque en otras disciplinas como la música o el cine, su homólogo, el productor, está más valorado.

“Disco producido por” o “una película del productor” de tal taquillazo suelen ser buenos reclamos para seducir al público durante la promoción. En cambio, ningún libro contará en la faja con el nombre del editor: eso no vende.

Quizás, por este motivo, Mario Muchnik no tiene pelos en la lengua. En su ensayo Oficio Editor (El Aleph Editores, 2011), reclama parte de protagonismo para el quehacer editorial. Los editores, sugiere, no sólo mejoran un texto, sino también deciden "el formato del libro, la cubierta, la tipografía, el precio", etc.

Su ensayo autobiográfico es una retrospectiva de cómo aprendió el complicado trabajo de publicar libros. Lo curioso es cuando llegamos a la página 49. Allí encontramos una peculiar lista de comportamientos de escritores que cualquier editor sufre. A este epígrafe, Muchnik lo titula Hay autores que son una paliza.

Ni una coma 
Así, Muchnik ejemplifica que existen escritores que “no admiten que se les toque una coma de su texto”, pese a que el editor cree que si no introduce modificaciones no se comprenderá lo que el autor ha escrito.

La cubierta 
Otro tanto sería el hecho del escritor que intenta “imponer su propia idea de cubierta” del libro.

La traducción 
O también la exigencia del autor extranjero que se entromete en una traducción, “sin saber una palabra de español”, dice Muchnik en su libro.

Erratas 
El autor de Oficio de Editor también señala a algunos escritores que entregan manuscritos sin corregir, para que sea el editor quien haga dicha labor. “Y luego rompen el pacto de fidelidad y se van con quienes les ofrecen condiciones mejores”, añade sobre este asunto.

Escritores fecundos 
Además, este listado del Oficio del Editor enumera otra peculiaridad. Es la de aquellos autores que escriben dos o tres libros por año para que su editorial se las publique: “Ya mismo”, entrecomilla irónicamente Muchnik.

Manuscrito lleno de dudas 
Otro acto insoportable para un editor sería el hecho de que el escritor entregue su manuscrito “y se desentienda”, para que sea la editorial quien se apañe con las posibles dudas que surjan en su lectura.

Obsesión“Los que llaman una o más veces por día para ver qué tal va la producción de su obra”, sería otro de los comportamientos obsesivos de los escritores, según detalla Muchnik en esta breve lista.

Amiguismo
Insoportable para el editor también es el amiguismo, tal y como se desprende de la siguiente reflexión de Muchnik. Así, el editor tiene que sufrir que el escritor proponga manuscritos de sus “amiguetes”, dice.

Última versión 
Quizás uno de las actitudes más repetidas sea también la que Muchnik refleja casi al final de su lista. Es aquella que ejecuta el escritor, casi en fase de impresión. Cuando envía la “última versión” del manuscrito: “una y otra vez”, asevera Muchnik en su ensayo.

Editor rico
A estas nueve –llamémoslas así- impertinencias, se une otra hasta sumar la decena. Es la que nos devuelve la imagen del editor más cercana a un mercader que a un artesano. Mario Muchnik lo expresa así en su ensayo: “Por ejemplo, los [escritores] que van por el mundo convencidos de que el editor se enriquece a costa de ellos”.

En este sentido, Muchnik recuerda al lector que el escritor se lleva un 10% del precio del libro, en concepto de derechos de autor. Mientras, reitera en su ensayo, el editor sólo obtiene el 20% de la facturación, cuantía con la que tiene que soportar “los costes de impresión, gastos generales, impuestos y margen con el que poder vivir”, añade.

Aparte de esta lista de impertinencias, Oficio de Escritor es un libro muy recomendable para descubrir la trayectoria de este físico, fotógrafo y editor llamado Mario Muchnik, desde sus comienzos con Robert Laffont en París, o la publicación de Guerra y Paz en Del taller de Mario Muchnik.

Aquí, encontramos cómo se realiza la labor de lectura de un manuscrito, cómo llega a los comités de lectura, cómo se calcula un presupuesto o cómo funcionan los agentes y los anticipos a los autores.

“La tarea de editar es tan diferente de la de escribir como la de leer. Al autor, que en su tarea suele perder la perspectiva, le conviene escuchar atentamente al editor. El autor tendrá la última palabra, mejor fundamentada después de haber discutido con el editor”. Así es como comienzan los primeros párrafos de este ensayo. 

Oficio de Editor
, en definitiva, corre la cortina y nos deja ver, paso a paso, todos los intríngulis del mundo editorial. Una lectura del ayer de este editor, muy recomendable para aquellos que hoy quieran convertirse en aprendices de brujo de esa profesión.

Ikea cambia el diseño de sus estanterías ante la desaparición inminente del libro físico

Cada vez hay más signos que parecen indicar que el libro, tal y como lo conocemos, va a desaparecer. La última señal viene de la mano de Ikea y es que el fabricante de muebles sueco está cambiando el diseño de su icónica librería Billy, haciendo las estanterías más profundas dándole un aspecto más de vitrina. Y todo porque ya nadie compra esas estanterías para poner libros.
Ikea introducirá una nueva versión de su librería Billy, más profunda, y a la que se podrán incluir puertas de cristal. De hecho, según ha publicado The Economist, Ikea ha reconocido que los clientes cada vez utilizan más estas estanterías para colocar ornamentos, decoraciones y otros objetos de todo tipo, excepto libros.
Aunque no es el indicador definitivo, sí parece que cada vez estamos más cerca del final del libro físico y no es difícil encontrar otros muchos casos similares a esta situación. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste música en un cassette? ¿O qué ha pasado con los enormes equipos de música? Ahora, por mucho que intente resistirse, parece que el libro físico está a punto de correr la misma suerte.
Junto con los libros, probablemente desaparezcan también las librerías, igual que lo han ido haciendo paulatinamente las tiendas de discos. Ahora, sólo queda ver hacia dónde evoluciona toda la industria editorial y cómo se adaptará, o no, a la nueva realidad que parece cada vez más inminente.
 

9 sept 2011

El e-book ya canibaliza el mercado anglosajón

Las ventas en tapa dura bajaron un 10% mientras el libro electrónico llega al 13,6% en EEUU


El libro de tapa dura, el que reluce en las estanterías, ha entrado en crisis en el mercado editorial anglosajón. Así lo anunciaba hace unos días un reportaje en el diario británico The Guardian, en el que se informaba de una caída en las ventas de hasta el 10% en los libros de este formato en lo que va de año, según NielsenBookScan. Asimismo, también se citaba el imparable ascenso del libro electrónico en el mercado estadounidense, donde ya ocupa el 13,6% de toda la facturación editorial, según la Federación de Editores Americanos.
La asociación de ambas cifras abre el debate sobre cómo la llegada del ebook está influyendo en el comercio del libro en papel. En relación a los datos que se manejan en España, nuestro país aún parece estar lejos del cambio editorial anglosajón. No obstante, ya se vislumbran algunas similitudes, como la caída de las ventas totales hasta en un 7% en 2010, tal y como anunció en junio la Federación del Gremio de Editores de España, y el aumento paulatino de la facturación del libro electrónico en un 37,5% con respecto a 2009, aunque aún supone solamente un 2,4% de los ingresos totales por libros vendidos.
"El ebook es ya un producto comercial y esto afecta a las ventas de otros formatos"
Para André Breedt, de Nielsen, es evidente que "el libro electrónico está canibalizando las ventas del libro físico" en Inglaterra. Y abunda en los datos: mientras que a mitad de 2010 las ventas de los libros de tapa dura llegaron a los 2,8 millones de ejemplares, en 2011 no sobrepasan los 2,6 millones. En términos económicos esto supone un ingreso de 29,7 millones de libras en 2010, frente a los 26,6 millones de 2011.
"Este año, el libro electrónico se ha convertido en un producto bastante comercial en Reino Unido y esto, por supuesto, está afectando a las ventas. Y los usuarios que tienen un Kindleya prefieren comprar un ebook que un libro en papel", señala Breedt, quien observa la tendencia procedente de Estados Unidos. Allí las ventas de ebooks se han incrementado un 1.000% con respecto a los últimos tres años. Para la Federación de Editores Americanos, esto supone un "crecimiento explosivo". La tienda online Amazon, por su parte, sostiene que ya ha vendido un millón de ebooks. Los escritores James Patterson, Stieg Larsson, Suzanne Collins y Lee Child son los autores que copan su lista de ventas.

Un formato de lujo

En la lista de nominados
Además del efecto del ebook, en Gran Bretaña los editores y libreros también señalan la crisis económica como causa del descenso de las ventas del libro en papel. "En malas épocas económicas es inevitable que un producto como el libro de tapa dura tenga una demanda menor", asegura Jonathan Ruppin, de la cadena de librerías Foyles. No obstante, apenas hay una crítica al precio de los libros de este formato, a pesar de que ha subido un 10,9% en los últimos cinco años. En Reino Unido, un libro de tapa dura de ficción cuesta 20 libras y los de no ficción se sitúan entre las 25 y las 30 libras.
Ante la caída de ventas, los editores cada vez prefieren optar por la edición en tapa blanda de los libros. De hecho, según informaba The Guardian, en la lista de nominados al premio Booker de este año, ningún libro había sido editado por primera vez en tapa dura. "Lo más probable es que este formato se haga cada vez más sofisticado y tienda hacia el objeto de lujo", afirma Richard Beswick, de la editorial LittleBrown.
La de lujo puede ser la salida para los libros de tapa dura, los cuales, según los editores, van a ser los que al final menos sufran por la llegada del ebook. "Aquellos que compran este tipo de formato son los lectores a los que les gusta guardar el libro como si fuera un tesoro, por lo que pensamos que los más afectados por el libro electrónico van a ser los editados en tapa blanda. Lo que ocurrirá con la tapa dura es que los editores serán más selectivos con los títulos que publican", afirma el editor Ruppin.

Fuente: Público.es

6 sept 2011

Juan Madrid y Francisco García Pavón: los clásicos raramente fallan

por Herme Cerezo

El verano es un tiempo ideal para aburrirse. Si uno se descuida, el calor, la calor o como se diga, termina tostándole las neuronas mientras el tedio le invade. La mejor manera para combatir este problema consiste en establecer una profunda simbiosis entre la siesta y la lectura.

Pero como no nos vamos a pasar todo el día durmiendo, porque al final uno también se aburre de la almohada, lo mejor es compaginar ambas posibilidades o pasar directamente a la segunda: leer. Leer a palo seco o con una bebida refrescante a nuestro lado, porque el fumeteo o el fumeque, como le llaman algunos, en los días, semanas, meses y años de crisis que corren, está mal visto y, además, produce cáncer. O eso nos cuentan.

Por otro lado, como durante el verano poseemos más tiempo disponible del habitual, podemos recurrir a lecturas que no son de actualidad. No es preciso estar leyendo constantemente los últimos libros que se han asomado a los escaparates, internos y externos, de las grandes y pequeñas librerías, o a la ventana del ordenador. Lo que realmente importa es leer bien, entendiendo por bien algo que merezca la pena, resulte provechoso y entretenga sin caer en vacuos ditirambos. Y en este sentido, repasar “viejas novelas”, cuya calidad ya nadie puede poner en tela de juicio, y si alguien lo hace, peor para él, constituye una de las mejores posibilidades que tiene a su alcance el lector del siglo XXI.

Y a eso, “a leer de lo viejo”, me dediqué en parte durante el pasado mes de agosto. Fueron dos novelas policiacas, ambas escritas por autores españoles, las que me llevé al magín y me aliviaron del tedio, del calor y de las entrañables, y cada vez menos numerosas, moscas mediterráneas. La primera que cayó – me refiero a libros, no a moscas, claro está –, además en tiempo récord, fue la titulada ‘Viejos amores’ del malagueño (a pesar de su apellido), Juan Madrid. La segunda fue ‘El hospital de los dormidos’, escrita por el fallecido Francisco García Pavón.

‘Viejos amores’, basada en un hecho real, fue publicada por primera vez en 1992. Juan Madrid decidió embarcarse en la exploración de la mente enferma de un hombre joven, obsesionado con mujeres octogenarias y que terminó convertido en un asesino en serie. Utilizando el oficio de fontanero como llave para abrir puertas ajenas, tenía conocimientos de la materia aprendidos en el Tercio, violó y estranguló a dieciséis ancianas, llevándose de sus domicilios algunos objetos insignificantes como recuerdo de aquellas relaciones tan particulares. Tras asesinarlas, recomponía la escena del crimen, acostaba a las víctimas y las abandonaba en una postura de extraña placidez. ‘Viejos amores’ tiene, desde el punto de vista literario, muchos valores. En primer lugar, algo ya muy habitual en Juan Madrid, una exhibición profusa del lenguaje policial, delincuencial, castrense y del talego. En segundo, la utilización de un ritmo trepidante, que alterna la primera y tercera persona, para mostrarnos las sombras de la sociedad que nos rodea y que muchos desconocemos. El lector se ve atropellado por la acción hasta tal punto que no puede dejar de leer, porque las palabras se le pegan en la mente de un modo que difícilmente permite el alejamiento del libro hasta su conclusión. El trabajo de profundización en la piel del protagonista, J.F. Ruiz Muñoz, es sencillamente espléndido. Madrid consigue que durante la lectura surjan dudas sobre la catadura moral del sujeto, sobre si es inocente o culpable, sobre si está cuerdo o ido. Por último, ‘Viejos amores’ es una novela cuyo final no queda resuelto, aunque se intuye, lo que le proporciona un valor añadido al texto, ya que permite al lector participar justo en el momento de la resolución de la historia.
Francisco García Pavón (Tomelloso, Ciudad Real, 1919-Madrid, 1989) ofrece siempre refugio seguro para los lectores del género policial. ‘El hospital de los dormidos’ fue su última novela escrita. Publicada ya en época democrática, en 1981, el mismo año del 23-F, mantiene el estilo al que el escritor manchego nos ha habituado en sus relatos pero con una mayor libertad. Es como si el asentamiento de los nuevos valores políticos y, por ende, la desaparición de la censura hubieran conseguido que García Pavón se “soltase el moño”, tanto en el fondo como en la forma. Desde luego en ‘El Hospital de los dormidos’ vamos a encontrar el acostumbrado, y también costumbrista, habla de la gente manchega, de Tomelloso y otros lares, pero con menos cortapisas, con mayor espontaneidad e ingenio.

Los tacos, ocurrencias y juegos de palabras en torno al sexo y a otros asuntos campan a sus anchas, cosa que en las anteriores entregas no ocurría. El argumento de la novela es también bastante insólito en la trayectoria de Plinio, alias Manuel González y, sin lugar a dudas escapa del ámbito policial. De hecho, no hay ni un solo crimen en toda la novela (ni falta que hace), pero es que es tal la fama alcanzada por el Jefe de la GMT que se le permite un cierto toque de taumaturgia para desentrañar cualquier misterio. Un misterio que, en este caso, se cierne en torno a una serie de cuerpos, todos de hombres hechos y derechos, algunos decididamente orondos, que, de modo estraño, comienzan a aparecer plácidamente dormidos en el propio Tomelloso y en otros pueblos aledaños.

Por supuesto, el contrapunto de Manuel González, don Lotario, no podía faltar en esta despedida de las aventuras de Plinio y ambos, por momentos, llevan el humor que ha presidido toda la serie, hasta una de sus más altas cotas. Y en ellos, como también en su padre literario, el tiempo también ha pasado y si antes se movían en barbechos dictatoriales (gobiernos de Primo de Rivera y de Franco), con un discurso nada baladí pero sí apto para estos ambientes represivos, ahora lo hacen con verbo democrático. Las referencias en ‘El hospital de los dormidos’ a Suárez, a la UCD, al bingo, a la liberalización de costumbres, así como otros guiños (tolerancia con la prostitución), nos muestran el giro político acaecido en España durante la Transición, La Mancha incluida. Tomelloso, el escenario de siempre, continúa igual pero distinto. Y como el resto de los territorios del pentágono peninsular, ha sabido adaptarse a la nueva época.

Para finalizar, además del género común al que ‘Viejos Amores’ y ‘El hospital de los dormidos’ se adscriben y del buen trabajo lingüístico y narrativo desarrollado por los dos escritores, hay otro nexo de unión entre estas novelas, ya que ambas han sido reeditadas en el año que corre y, por lo tanto, resulta fácil encontrarlas en las librerías y tiendas especializadas (además de en Internet). Desde aquí mi aplauso para Flamma Editorial y Rey Lear, respectivamente, por lanzar estas reediciones tan atractivas e interesantes como riesgosas.

Fuente: www.diariosigloxxi.com

3 sept 2011

Libros sin fronteras

Una vez consolidadas sus empresas en los países de habla inglesa, las principales plataformas de venta de libros -Amazon, Apple, Barnes & Noble, GoogleBooks, TheCopia.com, Kobo, Yudu, entre otras- han iniciado su expansión mundial fijando el rumbo hacia el mercado en español. La internacionalización de estas librerías online acelerará la reconversión digital de nuestro sector editorial ya que, tras el inglés y el chino mandarín, el español es el tercer idioma más hablado en el mundo con cerca de 500 millones de potenciales lectores.
La fuerza arrolladora del tsunami Internet no solo destierra a los intermediarios tradicionales, sino que elimina fronteras. Un solo dato avala esta nueva mirada globalizadora: la cadena de librerías Barnes & Noble ha sabido agregar a su catálogo más de 40.000 libros en español pertenecientes a diversas editoriales españolas, pero sobre todo a editoriales de los principales países latinoamericanos. Este enfoque estratégico está siendo seguido por todas las plataformas internacionales.
La imparable irrupción de estas tiendas online en nuestro mercado no solo enriquecerá la oferta de contenidos, sino que además el lector en pantallas tendrá la oportunidad de descubrir una amplia gama de servicios online hasta la fecha inexistente, como buscadores semánticos, sistemas de recomendación de libros basados en variables más allá del historial de compra, la posibilidad de compartir lecturas con otras personas, el acceso a anotaciones de otros lectores, la compra de un libro en tan solo un clic, servicios de atención al cliente, etcétera.
Ante este nuevo escenario competitivo, el sector empezará a tomar decisiones estratégicas para beneficiarse también del dinamismo que surgirá con los recién llegados. En los próximos meses veremos cómo varias editoriales iniciarán la comercialización de contenidos ciento por ciento digitales; una mayor apuesta por parte de las editoriales por el uso de las nuevas tecnologías 2.0 para promocionar sus libros y autores en Internet, y, sobre todo, veremos una redefinición de su estrategia de venta de libros a través de la Red.
La principal ventaja competitiva de una editorial en el siglo XX era la distribución, es decir, tener sus libros visibles en el mayor número de puntos de venta. En la era digital, cualquier sitio web, blog o hasta una red social como Facebook, Entrelectores o Twitter puede convertirse en un punto de prescripción y venta de libros. En este mundo digital, la ventaja competitiva de una editorial en el siglo XXI reside en el conocimiento directo de sus clientes, en su capacidad de influir en su comportamiento durante el proceso de compra y en cómo gestionar sus afinidades de lectura. Las principales plataformas online en el mercado en español son:
Amazon http://www.amazon.com/. Desde su fundación en 1995 como librería online ha logrado transformarse en la principal plataforma de comercio electrónico de todo tipo de productos, con más de 150 millones de clientes. En 2007 sacó su dispositivo de lectura: Kindle. Su ambición en el sector editorial es ilimitada y aspira a asumir todos los roles de la cadena.
Apple http://www.apple.com. Con 20 millones de tabletas vendidas, el lanzamiento del iPad ha marcado un antes y un después. Tras alcanzar la cifra de 1.500 millones de descargas de todo tipo de aplicaciones desde sus plataformas iTunes y AppStore, Apple apuesta por extender su ecosistema de "dispositivo+plataforma de contenidos+servicios online" a la nube.
Barnes & Noble http://www.barnesandnoble.com. Tras el cierre de Borders, Barnes & Noble es la principal cadena de librerías de EE UU, con más de un millón de títulos. Su lector Nook, y su plataforma en la nube, han sido un éxito.
Copia.com http://www.thecopia.com/. Una oferta transversal de contenidos culturales (libros, música, cine, prensa, etcétera) y consumo compartido. Es un híbrido entre una tienda de comercio electrónico como Amazon y una red social como Facebook.
Google eBooks http://books.google.es/ebooks. Tras digitalizar millones de libros en casi todos los idiomas, aspira a transformar la experiencia de acceso y lectura de los mismos. Al igual que Amazon, Apple y Copia, apuesta por la transversalidad de contenidos y la movilidad como eje de su estrategia de diferenciación.
Kobo http://kobobooks.com. Con más de tres millones de usuarios, esta innovadora start-up canadiense apuesta por el concepto de lectura social como elemento diferenciador. También tiene su propio dispositivo de lectura y compite por ser uno de los principales puntos de venta online de libros electrónicos. Su estrategia de internacionalización es más europea que latinoamericana.
Yudu http://www.yudu.com/. Esta plataforma de autoedición, similar a iniciativas consolidadas como Bubok o Lulu, apuesta por el mercado en español como eje del desarrollo de su negocio. Tras Reino Unido, inicia su expansión ofreciendo sus servicios en el mercado en español para editores de revistas y libros.

Javier Celaya es socio fundador de Dosdoce.com y especialista en información editorial y literaria.

Fuente: El País

1 sept 2011

Apple y cinco editoras denunciadas por "conspirar" para fijar precios de 'ebooks'

MADRID, 12 Ago. (Portaltic/EP) -

   Un bufete de abogados de Estados Unidos ha presentado una demanda colectiva que acusa a Apple y a cinco grandes editoras de haber pactado una "conspiración" para fijar ilegalmente los precios de los libros electrónicos y así forzar a Amazon a abandonar su política de descuentos.
   La demanda, presentada por la firma de abogados Berman Hagens ante un tribunal del distrito norte de California, afirma que HarperCollins, Hachette Book Group, Macmillan, Penguin y Simon & Shchuster, conspiran con Apple para incrementar el precio de los libros electrónicos.  Esto tendría el fin de "aumentar las ganancias para frenar la política de descuentos de Amazon", argumentan los abogados en la demanda. Además, se explica que dichas compañías violan una serie de leyes federales y estatales.
   La denuncia se centra en el modelo de negocio -utilizado por Apple para iTunes, y por la mayoría de los principales editores de libros electrónico- con el que el editor, en lugar del minorista, establece el precio de venta de estos libros.
   Este modelo ya ha provocado diversas investigaciones en Europa, como la 'Office of Fair Trading investigating' (Oficina de investigación del Comercio Justo), que investiga si ciertos acuerdos entre editores y minoristas "pueden constituir una violación de las leyes de competencia". Por su parte, la Comisión Europea investiga si las empresas se han puesto de acuerdo para mantener altos los precios de los 'eBook', argumento central de la demanda en cuestión.
   La demanda alega que la política de precio de las cinco editoras fuerza a Amazon a asumirlas, obligándole a abandonar su política promocional de descuentos. "Esto ha forzado a que los precios de los libros hayan aumentado de un promedio de 9,99 dólares (7 euros) a 12,15 dólares (8,5 euros), llegando a un punto en el que a menudo son más caras las ediciones electrónicas que las físicas", aseguran en la demanda. En el texto legal los abogados aseguran que esto perjudicó las expectativas de los cliente que disfrutaban de las ofertas.
   Como resultado de esta "conspiración de fijación de precios", se explica que los precios de los libros electrónicos se han disparado hasta en un 50 por ciento más. "Cuando una versión de libro electrónico en un best-seller cuesta cerca o incluso más que su homólogo en papel, no hace falta ser un economista para ver la evidencia de manipulación del mercado ", ha dicho el socio fundador de Hagens Berman, Steve Berman, en un comunicado de prensa acerca de la demanda.
   "Afortunadamente para los editores, estos tenían un co-conspirador igual de aterrado ante la popularidad de Amazon y su estructura de precios, Apple". Berman asegura que el grupo demandante tiene la intención de demostrar que Apple necesitaba una manera de neutralizar el Kindle de Amazon antes de que su popularidad desafiase a la introducción del iPad en el mercado.
   Por todo ello los demandantes reclaman una suma económica y que se establezca la ilegalidad de la política de precios llevada a cabo por las empresas denunciadas.
 

Vía: The Guardian (http://www.guardian.co.uk/books/2011/aug/11/apple-ebook-price-fixing-penguin-macmillan)