11 mar 2012

La última aplicación de Penguin, una demostración del valor de los editores para los autores

Por Arantxa Mellado el 06.03.2012

Penguin Young Readers Group está demostrando con hechos (e inversiones) dos controvertidos asuntos que han llenado conversaciones y artículos en los últimos meses: que los editores pueden tener un papel relevante para los escritores y que las aplicaciones son algo más que libros en movimiento.

El último movimiento de Penguin en este sentido es el anuncio de una nueva aplicación, no dedicada a un libro, sino a una de sus autoras de éxito: «The World of Richelle Mead», ya disponible en la App Store de Apple. Richelle Mead está especializada en el género de la fantasía urbana, y obra es muy popular entre los adolescentes. Según Publishers Weekly, su serie de libros «The Vampire Academy» ha vendido la nada desdeñable cifra de 5,5 millones de ejemplares impresos a través del sello Razorbill, dirigido a un público joven-adulto (young adult). Según Ben Schrank, director de Razorbill, esta audiencia joven supone que iniciativas orientadas a dispositivos móviles que giren en torno a Mead sean particularmente relevantes, y por lo tanto destinadas al éxito.

Pero «El mundo de Richelle Mead» va más allá: se basa en la personalización (su centro es la autora) y la conectividad con los lectores. Desarrollar la aplicación y su contenido ha requerido tiempo e inversión tanto por parte de Penguin como de la escritora, además de los costes de producción asociados que ha conllevado el proyecto durante los últimos seis meses.

La aplicación es gratuita –cómo atraer si no a los usuarios–, pero está pensada como plataforma de negocio, ya que contiene una librería virtual a través de la cual los fans de Mead pueden adquirir libros digitales. Además, los usuarios de la app pueden acceder a materiales adicionales, incluidas entrevistas en video y un diagrama de personajes. La aplicación evolucionará con el tiempo, añadiendo contenido actualizado, incluidos capítulos gratuitos de los libros que se publiquen a modo de continuación. En ese sentido no se diferencia mucho en cuanto a concepto de las apps que, por ejemplo, ha hecho Planeta para algunos de sus autores, aunque sean éstas mucho más limitadas en cuanto a contenidos.

La diferencia está en que la aplicación incluye herramientas sociales. Por ejemplo, permitirá a los lectores conectarse entre sí y con la autora, así como la ya habitual opción para que los lectores destaquen cualquier frase y la compartan con facilidad.
Así es como lo cuenta la nota de prensa de Penguin:
“Como puede verse trasciende los límites de una librería. Sin perder de vista al fan de Mead, Penguin ambiciona crear una comunidad online en torno a su obra.
Ésa es la razón de que contemple acceso a Facebook y Twitter, herramientas que permiten a los usuarios compartir comentarios con amigos y, también, mantenerse al día online de las actividades de la propia Mead.”
En esto consiste el paso adelante de Penguin, en pensar dónde pueden estar sus audiencias y en adaptar sus productos y la promoción a ellas:
- dando prioridad a los dispositivos móviles frente a la web como plataformas de descubrimiento, interactividad y lectura (de hecho, esta aplicación no tiene equivalente en la web)
- introduciendo la interacción entre los lectores, y de estos con el propio autor, como parte esencial del marketing de la autora y sus libros.

Algunos medios han interpretado el desarrollo tanto de la aplicación como de las funcionalidades que incorpora como la respuesta de Penguin al impacto que la transformación digital ha tenido en su relación con los escritores, una preocupación que trasciende a la mayoría de los grandes editores (como se desprendía de la carta de Hachette Book Group a sus autores y agentes en la que justifica la necesidad de sus servicios). Y es que otro de los mensajes de Penguin en este lanzamiento va en este sentido:
“Por muy tentados que se vean los autores de abandonar la relación que tienen con la edición tradicional, esta aplicación proporciona un nivel de personalización y conectividad de los que carecen las plataformas de autoedición.”
Sea como sea es una buena forma para demostrar que, en digital, los editores también pueden desempeñar su rol tradicional: ayudar a sus autores a encontrar su audiencia, sin importar dónde pueda estar.

http://www.actualidadeditorial.com

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