Arcadi Espada
El periódico sitúa el asunto de la inmersión lingüística en el terreno jurídico.
Tiene motivos coyunturales. Pero es un camino cegado. Lo único que
podría acabar con la inmersión lingüística es la política. La política
que el Partido Popular y el PSOE se han negado a practicar durante tres
décadas. Esconderse detrás de los jueces está ya demasiado visto. Este
auto del tribunal catalán sitúa en su punto las cosas: le dice a
ciudadanos españoles que vayan a pedir, a rogar, a suplicar, por su
lengua. En esta humillación del que en su propio país ha de acudir a una
ventanilla de provincias para que le concedan la misericordia de que
sus hijos puedan estudiar en la lengua común está resumido todo el
asunto. Los jueces, con las manos siempre bien lavadas, se limitan a
aplicar el estado de excepción que ha decretado mucho antes la política.
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