El
premio nobel autorizó la publicación de la obra luego de su muerte.
Claraboya : La novela oculta de Saramago, fue enviada en 1953 a una
editorial, sin embargo, el autor recibió el visto bueno cuarenta años
más tarde
ANDREÍNA PÉREZ L.
La
culpa fue de la editorial y el deseo de José Saramago. El escritor
lusitano entregó a una editorial, en 1953, un texto para que pasara por
todo el protocolo previo a la imprenta. Sin embargo, el visto bueno
tardó cuarenta años en llegar.
La voluntad del premio Nobel, al
enterarse de la autorización, fue clara: Claraboya podría estar en las
librerías luego de su muerte.
Catalogada como "la novela perdida" del
fallecido literato, la obra resume la capacidad del autor para
adentrarse en los personajes, humanizar actitudes y describir angustias,
anhelos y proezas. Lisboa sirve de escenario y un vecindario de la
ciudad es la localidad escogida.
"¿Deberemos ser todos casados, fútiles,
tributables?" Esta pregunta girará en la sien del lector en la medida
que se adentre en las páginas. Pero, también estará en la vida de
Silvestre, el Zapatero, de Adriana y sus interminables compromisos, de
Justina y sus constantes peleas con el marido, Lidia con su ocio
constante y Carmen una nostálgica española, los protagonistas de
Claraboya.
Saramago ofrece dos miradas hacia cada
una de las casas del barrio. Un primer paneo que describe el contexto
dictatorial a mediados del siglo XX y la música de Beethoven. La segunda
observación se adentra, por individual, en cada una de las vidas de la
historia.
"NOVELA TRANSGRESORA"
Luego de pasar la tapa amarilla, y de leer como dedicatoria "a la memoria de de Jerónimo Hilario, mi abuelo", una cita de Raúl Brando Brandao resume en dos líneas "en todas las almas, como en todas las casas, además de fachada, hay un interior, escondido".
Luego de pasar la tapa amarilla, y de leer como dedicatoria "a la memoria de de Jerónimo Hilario, mi abuelo", una cita de Raúl Brando Brandao resume en dos líneas "en todas las almas, como en todas las casas, además de fachada, hay un interior, escondido".
El prologo corre por cuenta de Pilar del
Río, viuda y traductora de Saramago. Bajo el título "El libro perdido y
hallado en el tiempo", quien en vida fuera la compañera sentimental del
literato, plantea que la pieza es "una novela transgresora".
Un día cualquiera del año 1989, mientras
el autor tomaba una ducha, recibió la llamada de la editorial. Ya había
salido del horno, tras cuatro décadas, Claraboya. "Su baño jamás fue
tan rápido", describe la viuda.
A juicio del Río, la novela sí fue leída
por los editores pero no la publicaron "porque era un libro duro para
la época", dado que la familia, "pilar de la sociedad", aparece "como un
nido de víboras". La narración deja al descubierto violaciones, amores
lésbicos, amantes clandestinas, y eso "no lo podía soportar la sociedad
portuguesa de aquellos años".
La decisión del escritor de no publicar
la novela mientras viviera se debió al sentimiento que producía en él.
Durante el tiempo de espera, la obra causó en el autor "un dolor por la
humillación de no haber recibido nunca una respuesta".
http://www.talcualdigital.com
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