jueves 31/05/2012
ÁLVARO COLOMER | BARCELONA
Ofelia Grande, directora de Siruela. (FOTO: Marta Calvo)
Se cumplen 30 años desde que Jacobo Fitz-James Stuart Martínez de
Irujo fundara la editorial Siruela con la intención de rescatar joyas
olvidadas de la literatura medieval europea. Sin embargo, desde hace
algún tiempo el sello está en manos de Ofelia Grande, una mujer que,
además de destacar por ser una de las editoras más elegantes del sector,
ha modernizado el catálogo y lo ha llenado de títulos que,
independientemente de su temática, siempre se caracterizan por la
calidad. Entre sus mayores logros, la creación de la colección Tiempos
Modernos, dedicada a las primeras espadas de la narrativa contemporánea y
a las nuevas voces de la literatura española.
Siruela fue la primera editorial en lanzar una aplicación
para iPhone. ¿Podría resumir la evolución de su editorial en los últimos
años?
Esta evolución, aunque desde fuera pueda parecer un salto
extraordinario, en realidad ha sido muy progresiva y siguiendo el ritmo
que los tiempos nos iban marcando, quizá tratando de adelantarnos un
poco. Responde más a un afán de no quedarnos atrás y de llegar cada vez a
un número más amplio de lectores, cosa que debería ser la aspiración de
cualquier editorial. Desde el punto de vista de los contenidos, hemos
abierto nuevas colecciones que nos acercan a más lectores, siempre bajo
la premisa de la calidad, sin estar reñidos con las ventas. Desde el
punto de vista de las formas, hemos apostado por el libro electrónico
desde el primer momento sin abandonar, por supuesto, el libro en papel.
Sumar, no restar. ¿Por qué ser nosotros mismos quienes nos pongamos los
límites? Aun así, lo único que puede hacer sobrevivir a las editoriales
es mirar al lector y no a nosotros mismos.
Proviene de una familia fuertemente vinculada al mundo
editorial, siendo su tío-abuelo Germán Sánchez Ruipérez, fundador de
Ediciones Anaya. Así que ha conocido, desde pequeña, la industria del
libro. ¿Qué hemos perdido y qué hemos ganado con los cambios de las
últimas décadas?
La pregunta no es fácil, desde luego, aunque me atrevería a decir que
nos hemos 'acelerado': ahora queremos saber de todo y por tanto sabemos
mucho menos de más cosas... Vivimos en una sociedad de 'información
rápida', de la cultura 'wiki', con menos tiempo (o menos interés) para
la reflexión, el estudio, la investigación, la crítica. Una gran parte
de nuestro consumo cultural es de 'usar y tirar', en muchos casos
confundimos cultura con entretenimiento (que aunque no tienen por qué
ser opuestos, tampoco son lo mismo) y todo esto afecta al sector del
libro de la misma forma que a la sociedad, sobre todo en cuanto a los
intereses, lo que se publica, lo que demandan los lectores... Por tanto,
creo que hemos perdido en intensidad aunque hemos ganado en diversidad,
lo que tampoco es tan malo si sabemos elegir bien en qué o hacia qué
diversificarnos.
Siruela es una editorial independiente de gran tonelaje. Sin
embargo, desde hace unos años asistimos a un fenómeno interesante: por
un lado han surgido pequeñas editoriales independientes que han sabido
instalarse muy bien en las librerías, y por otro, algunos editores
independientes de toda la vida, como Jorge Herralde, vende su sello a un
gran grupo como Feltrinelli. ¿Qué panorama editorial predice para
dentro de unos años?
Honestamente no me atrevería. Todo se está moviendo tan rápido que lo
que hace seis meses era el futuro hoy ya es historia. El sector del
libro está enfrentándose a dos crisis importantes: por un lado, la que
afecta a nuestra sociedad y a nuestra economía, que influye radicalmente
en el consumo y por tanto directamente en la compra de libros; y por
otro, la que afecta a la propia revolución que se está produciendo en lo
que hasta ahora ha sido nuestro modelo de negocio. Son muchos los
cambios en el conjunto de los lectores, en la forma de leer, en los
soportes, en los mercados, en los procesos de producción, marketing y
comercialización. Cambios a los que tenemos que adaptarnos a toda
velocidad, que requieren inversiones y nuevas formas de trabajar, y
además requieren todo eso en medio de un mercado en plena crisis. Así
que es difícil predecir algo para el futuro: más allá de operaciones de
venta que tienen más que ver con decisiones empresariales y personales,
creo que los editores siempre serán necesarios mientras haya autores y
haya lectores. ¿Que cambiará nuestra forma de trabajar? Seguro, ya lo
está haciendo. ¿Que tendremos que dimensionarnos a un nuevo mercado? No
hay duda. ¿Que tendremos que elegir más y mejor lo que publicamos? Desde
luego, ya tendríamos que haberlo hecho hace mucho tiempo. Pero mientras
haya contenidos y haya lectores dispuestos a respetar el valor de los
mismos, habrá editores.
Siempre ha dicho que prefiere un 'long seller' a un 'best seller'. ¿Pero cree que sigue habiendo cabida para ellos?
No sólo hay cabida para los 'long sellers', sino que, precisamente
por todos los cambios que está sufriendo el sector editorial, son los
únicos libros que pueden ayudar a la supervivencia de una editorial. Un
'best seller' es un fogonazo que no crea necesariamente beneficios: con
ellos hay que medir mucho las inversiones que se hacen el todo el
proceso del libro, así como en su difusión y comercialización, no vaya a
pasar que libros con ventas de 100.000 ejemplares generen pérdidas para
la editorial que los publica, cosa que ha sucedido en varias ocasiones.
No es que rechace el 'best seller', ni mucho menos, pero si además esas
ventas abundantes se alargan en el tiempo de forma creciente pero
sosegada, la satisfacción es mayor. Aunque es cierto que la pasión y la
adrenalina que produce un 'best seller', sobre todo si es inesperado, es
de lo más gratificante.
En alguna ocasión ha dicho, hablando de los cambios en el
mundo editorial, que 'más que problemas, lo que tenemos son retos que no
obligan a cambiar nuestro modelo de negocio, un sector que hasta ahora
ha funcionado solo'. ¿Estamos afrontando esos retos con eficacia?
Si medimos la eficacia en términos de éxito, probablemente no estamos
haciendo bien los deberes, o al menos no del todo. Creo que no hemos
sido totalmente conscientes del cambio que se está produciendo en
nuestro modelo de negocio hasta que no lo hemos tenido encima, y ahora
estamos tratando de acelerar algunos procesos para los que nos
tendríamos que haber ido preparando durante años.
El director comercial de un gran centro comercial me comentó
que, habiendo vendido unos cien mil e-readers en 2011, sólo ha vendido
unos 20.000 e-books. Resulta evidente que el pirateo ya se ha instalado
en la industria. ¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Soy poco optimista con respecto al pirateo. Creo que es una
'militancia' y que hay muchas, muchísimas personas que seguirán siendo
piratas bajo cualquier circunstancia, a no ser que haya una ley que lo
evite, ley que, venga de donde venga, no va a ser muy popular. Por
supuesto nosotros tendremos que seguir trabajando sin obsesionarnos con
este asunto (que no es fácil), hasta que tengamos la verdadera medida
del mercado real. No sé si es mentalmente sano -aunque todos lo hacemos-
especular con qué cantidad de libros digitales habríamos vendido si no
hubiera descargas piratas. Si nos pusiéramos en el ámbito de lo
deseable, las medidas necesarias para acabar con el pirateo serían: 1)
Educación ciudadana para que los que piratean sean conscientes de que
eso es un delito; 2) Educación ciudadana para poner en valor el trabajo
de los creadores: respeto por el trabajo ajeno; 3) Una oferta de libro
digital 'legal' mayor que la que existe, donde el lector pueda encontrar
con facilidad el libro que busca; y 4) un IVA del 4% (como el del libro
en papel) que contribuya a que el libro digital sea un poco más
económico.
La colección 'Nuevos Tiempos' de Siruela se caracteriza por
defender la labor de las nuevas voces de la literatura española. Pero la
mayoría de nuevos escritores, así como muchos de los ya establecidos,
comentan que jamás ha habido una época tan complicada para los noveles
como la actual. ¿Qué efectos están teniendo la crisis económica y los
cambios en el sector como consecuencia de la revolución tecnológica en
la nueva narrativa española?
Sí, son tiempos difíciles para todos, y probablemente más para los
autores noveles que se encuentran con un colectivo editor en crisis y
con miedo a las apuestas poco seguras. Incluso los autores que
tradicionalmente han vendido mucho están vendiendo menos, muchas
editoriales tienen en juego su propia supervivencia e ir a lo seguro es
lo más humano en estos casos, aunque probablemente estemos dejando fuera
a grandes autores que en otro momento encontrarían su hueco. También es
cierto que cada vez se escribe más: todo el mundo conoce al menos a
tres o cuatro personas que han escrito una novela y que están buscando
editor, y al mismo tiempo todo el mundo critica que cada vez se publique
más y más, cuando mucho de lo publicado no merece haber salido al
mercado. No es fácil encontrar el equilibrio, pero parte de nuestro
trabajo es seguir buscándolo. En eso estamos.
YoDona.com
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ResponderEliminarBueno, después del cometario que me precede, casi me quedo sin argumentos para comentar.
ResponderEliminarCoincido con Ofelia; mientras haya contenidos, habrá editores. Sé que los momentos actuales, son de gran sequía, pero siempre se ha dicho que también en éstos momentos se necesita más de la cultura, el sentimiento y las posibilidades de recrearse con un libro en las manos( dicho acto, casi reconocido como terepéutico). Pués mientras se tengan unos €, para comprar un libro, el mundo está en posición de emerger del caos.
Un saludiño
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/